Cultura

La riqueza del desierto balesteniano

Reseña de "En el centro del desierto" de Eduardo Balestena.

Por Sonia Fabiola Demitrópulos

“En el centro del desierto”, la novela del escritor marplatense Eduardo Balestena, es una de las múltiples llaves de ingreso al rico Universo Balesteniano en el que el lector forma parte activa de un interjuego que va descubriendo a medida que recorre las obras.

Desde su título y como al descuido, el autor planta semillas de curiosidad que obligan al lector a internarse en sus páginas cargado de preguntas: ¿sobre qué desierto se hablará aquí? ¿Cuál es el centro?

Utiliza la portada para dar pistas que nos sitúan en notas de un viaje. Y menciona el desierto como referente espacial narratológico (ciudades, desiertos, vida) en la idea de un viaje difícil que contempla la posibilidad de perder el rumbo más de una vez, un dédalo a recorrer como menciona el autor, un viaje por un territorio aparentemente solitario y silencioso pero con una gran inmensidad a descubrir, como esos que se hacen en determinadas circunstancias de la vida por propias regiones interiores.

Balestena usa una rica intertextualidad para brindar, al decir de Barthes, “un tejido de voces” que enriquecen la trama del relato y sirven de complemento de interacción, ya que obliga al lector a detenerse, poner en diálogo los textos, buscar similitudes, relaciones entre ellos y elucubrar respuestas. Recorrer un texto de Balestena conlleva la lectura o relectura de por lo menos ocho textos más, como así también de obras musicales, como sucede en este libro. Esto deja la pregunta si existe alguna intención didáctica consciente de parte del autor con esta propuesta. Un ejemplo de ello se encuentra en las primeras líneas, con un primer aviso de citas encubiertas de los cuentos “El sur” y “El milagro secreto” de Jorge Luis Borges y “An ocurrence at owl creek bridge” de Ambose Bierce que, como advierte Balestena, “inspiran la concepción de la segunda parte de la historia dentro de la historia”.

A través de dos líneas narrativas distintas, ubicadas en tiempos y espacios diferentes, presentadas de manera intercaladas y diferenciadas por el tipo de letra, tipo de numeración, tipo de narrador y focalización narrativa se van desarrollando las tramas que al parecer no tienen conexión. En cursiva, en tercera persona, un narrador que se instala en la intimidad de los personajes, relata una historia basada en hechos reales que toca las fibras íntimas del lector contemporáneo, el cual todavía se encuentra en proceso de sanación de heridas de la historia reciente, a pesar de los 40 años transcurridos. En la otra línea, un narrador protagonista cuenta una historia personal anclada en dos luchas significativas que tuvo que enfrentar el autor en el año de la pandemia. En esta línea, el autor resignifica y enriquece la propuesta, aportándole diversidad al incluir historias enmarcadas, en las que se ancla el protagonista para dejar atrás a la muerte, por momentos, y conectarse con la vida en búsqueda de una confirmación de que la misma siempre encuentra espacios para fluir y prevalecer. En ambas líneas los protagonistas experimentan eventos que desafían las leyes de la lógica y enfrentan su propia mortalidad de manera directa, al igual que los personajes principales de algunos de los textos citados en distintos segmentos de los relatos.

Esta novela tiene una primera edición del año 2020 y una segunda de mayo de 2024 en la que el autor introdujo algunos datos puntuales que favorecen la contextualización del relato.

Queda en el lector encontrar otros elementos que no se mencionaron, para lo cual debe tener en cuenta que “En el centro del desierto”, al igual que “Las piezas que arman el mundo”, que de cierta manera complementa a este, demandan tiempos de lecturas despojados de urgencias. Por todo lo dicho y por lo que se tiene para descubrir, se puede concluir que los libros de Balestena constituyen un rico aporte al campo literario de nuestro país.

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